Economía de la pasión: cómo la passion economy es la nueva forma de hacer negocios en el siglo XXI

10 de junio de 2020 15 mins to read
Share

La economía de la pasión (Passion economy) se presenta como la gran alternativa para impulsar el mundo post-empleo después de la Covid-19. De hecho, es la alternativa a todo un sistema basado en la eficiencia, en entender a las empresas como máquinas y a las personas como piezas reemplazables, en el que prima producir mucho, a bajo coste y en gran cantidad, para aumentar los beneficios.

Pero ¿qué es la economía de la pasión?

Por decirlo en corto, la economía de la pasión es convertir lo que más te gusta en tu negocio. Ganarte la vida con aquello que mejor sabes hacer. Ya sé que suena a otra pócima de unicornios y arco iris, pero lo realmente interesante es la nueva mirada hacia cómo gestionar un negocio y ser la alternativa a la producción en masa de mercancías.

En realidad, la passion economy es la otra forma de trabajar del siglo XXI, en donde profesionales individuales se diferencian por el valor inimitable que son capaces de proporcionar. Es la respuesta artesanal y humana de calidad a unos negocios cada vez más automatizados, de robots que producen masivas mercancías a bajo costo. Internet lo hace ahora posible con la aparición de nuevas aplicaciones en las que no es necesario programar.

Pero, también es un cambio de perspectiva a la lógica de las empresas del siglo XX, que analizaremos más adelante.

¿Qué es la economía de la pasión?

A finales de 2019, la consultora Li Yin, de Andreessen Horowitz, escribió un artículo hablando por primera vez de la passion economy como el nuevo futuro del trabajo que ya está aquí, la respuesta a las nuevas reglas del juego. Una alternativa a otro palabro que se puso de moda la década pasada, la gig economy o economía de los conciertos o los bolos. Por cierto, la más afectada por la Covid-19. Una visión de Li Yin también es compartida por uno de los pioneros del Growth hacking, Andrew Chen. (El NYT escribió este perfil de Li Yin).

Si la economía colaborativa creada por plataformas como AirBNB o Blablacar permitía ganarse un dinero extra alquilando una habitación vacía de nuestra casa o llevando a un extraño en nuestro coche, ahora han nacido nuevas plataformas que permiten rentabilizar nuestros talentos únicos al ofrecerlos a una audiencia reducida que sabe realmente valorar esa calidad. Estas son las diferencias con «el Uber de X«.

Fuente: https://a16z.com/2019/10/08/passion-economy/

Su visión de la Economía de la Pasión está relacionada con la aparición del fenómeno No Code y múltiples herramientas para crear servicios digitales sin saber programar. Te recomiendo este artículo de Elena Madrigal, en el que lo explica de una forma muy acertada.

Aunque, quien más ha profundizado en la nueva moda laboral de la Economía de la Pasión es el periodista americano Adam Davidson, autor del reciente libro The Passion Economy, en el que relata numerosos casos de personas que dieron un giro a su carrera al cambiar de opción en el dilema seguir tu sueño o ganar dinero. Y demuestra que ambos son posibles con la economía de la pasión.

Internet permite a la gente que quiere vender un producto o servicio único encontrar clientes en todo el mundo. La automatización hace posible que las personas fabriquen sus productos únicos sin necesidad de construir una fábrica primero. Los avances en el comercio significan que esos productos únicos pueden ser entregados a las personas que más los valoran, dondequiera que estén.

Adam Davidson. The Passion Economy

Hasta ahora muchas personas (más del 70%, según Gallup) van cada día a trabajos que no aman a cambio de salarios cada vez más precarios. En la mayoría de los casos, son negocios que sólo se distinguen por ofrecer lo mismo que la competencia a un precio más bajo. Y, en la mayoría de los casos, son personas bloqueadas por creer que no tienen un talento único para seguir sus sueños y tomar el control de sus vidas económicas.

A ello contribuye un sistema de enseñanza que ha dado la espalda durante décadas a la creatividad, construyendo fábricas de fotocopias, como nos hizo ver Ken Robinson en la charla Ted sobre creatividad con mayor difusión y más popular.

Pero, ahora, la tecnología ofrece múltiples facilidades y herramientas y ya no se requiere ir a una Universidad para conseguir conocimiento. Está disponible en la Red. Lo que se precisa es creatividad y talento para encontrar nuevas formas de rentabilizar ese conocimiento. (Si lo que quieres es herramientas, esta es la lista más completa que he encontrado).

Aquí es donde aparece la Economía de la Pasión como gran oportunidad para monetizar la individualidad. Ahora es tiempo de ser pragmático. Como escribió en Monetízate Andrés Pérez Ortega, el gran especialista en marca personal en España, es tiempo de obtener rentabilidad a tu estrategia personal.

Las 7 reglas para triunfar en la economía de la pasión

Lo más interesante del Libro de Adam Davidson son las 7 reglas que nos da las reglas para triunfar en esta nueva passion economy.

1. Dedícate a lo que eres bueno y te gusta

Y a ti ¿qué te apasiona? Pero, ¿de verdad? ¿qué te gusta hacer y en qué eres bueno?

La economía de la pasión va de especialistas. Lo primero es saber en qué eres bueno. Como escribe Fernando de la Rosa (@titonet), «en un contexto de máxima competitividad no puedes ser bueno en todo». Si quieres ser muchas cosas, te convertirás en la estrella de la muerte de Star Wars.

Estrella de la muerte. Star Wars. Version Cartoon creada con Midjourney.

Se trata de potenciar tus dones, no de ser una copia de nadie. Lo más importante es encontrar aquello que nadie más puede hacer, lo que te permitirá que los clientes te busquen con el cuidado con el que lo harían con una mascota, y dejen de considerarte parte del rebaño low cost.

Es la parte más difícil de la passion economy, porque requiere de un alto auto-conocimiento y un buen trabajo interno. Puedes pedir a varios amigos que te den su opinión, o incluso, apoyarte en los servicios de un coach profesional para este proceso. Pero, al final, eres tú el que va a decidir. Lo que hagas te tiene que producir satisfacción, te tiene que divertir internamente. Si no es así, te frustrará.

Podemos ganar más dinero haciendo un trabajo más satisfactorio porque está más ligado a nuestras pasiones. Nuestra relación con nuestras audiencias, aunque sean más pequeñas, es más íntima y comprometida.

Adam Davidson. The Passion Economy

Aquello a lo que te dediques tiene que ser coherente con tu forma de pensar y tu estilo de vida. En cada interacción con los clientes va a aparecer tu visión del mundo y lo que quieres aportar para que sea mejor. Tiene que ser parte de tus fortalezas, de tus habilidades únicas.

Si los negocios tradicionales lo primero que se mira es qué problema resuelves, en la economía de la pasión lo principal es detectar qué te gusta hacer y qué haces bien. Esto va de ofrecer al mundo tus habilidades únicas.

A partir de ahí, llega el segundo paso: estudiar el mercado.

2. Elige a tu cliente

Si lo que ofreces son tus talentos únicos, tus clientes serán aquellos que sepan apreciarlos, que den más valor a aquello único que aportas que a un sucedáneo Made in China. La pregunta en la passion economy ya no es a quién le resuelvo los problemas, sino qué clientes quiero.

La economía de la pasión va de concentrarse en la calidad, no en la cantidad. ¿Qué te sirve tener millones de followers si ninguno compra tus productos?

Va de ser muy selectivo de a quién le dedicas tu tiempo, de cómo lo sabe apreciar, y de las conversaciones que mantienes con esas personas.

¡Ojo! Se trata de tener los suficientes clientes para ser sostenible económicamente, pero en un nicho lo suficientemente pequeño como para que resulte interesante a los grandes jugadores.

Al final, tu tiempo es limitado y hay que seleccionar a quién lo quieres dedicar. Adam Davidson lo deja muy claro. Si tienes que ajustar tu oferta a sus necesidades, pierdes el tiempo.

3. Elige a tu competencia

Esta es una regla interesante, que puede parecer contradictoria. En principio, la economía de la pasión es potenciar aquello en lo que proporcionas algo único. Lo quieras o no, las personas buscarán compararte con algo que ya conocen. La mente humana es así, quiere categorizar lo nuevo con algo que ya le resulta familiar.

De manera que, lo mejor es facilitarle esa comparación. Ayuda a tus clientes a que piensen en ti como «el Michael Jordan de x». Estarás en su mente, porque hay otros que se dedican a lo mismo que tú, pero sólo tú haces cosas que el resto no pueden.

En la nueva lógica de los negocios del siglo XXI sólo habrá dos alternativas de compra en cada sector: la mercancía barata de precio bajo y, a menudo, también de baja calidad o la marca reconocida, de calidad, por la que se está dispuesto a pagar una cantidad mayor. ¿De qué te quieres convertir en el referente de calidad?

4. ¿Qué tipo de valor vas a crear?

La mirada clásica del valor, por ejemplo, la que propone el Business Model Canvas es aquello que aportamos al cliente, para resolver un problema que tiene. En la passion economy hay un cambio de perspectiva. El valor es aquello único que proponemos, que no puede ser copiado.

Como ya escribí en Talentocracia, es el momento de ser originales, y no fotocopias. Eso viene de lo más auténtico de cada uno. Nadie nos puede ganas a ser nosotros mismos. Cuando nos queremos, cuando conectamos con nuestra luz interior, somos capaces de aportar algo que nadie más puede. Ahora, todo es monetizable.

5. Precio

A la hora de poner el precio, también hay un cambio de perspectiva. El precio es el valor que proporcionas a tu cliente, no el costo del producto. Muchas veces, se lo tienes que hacer ver. En el precio también se incluye tu conocimiento, tu creatividad y tu tiempo para pensar. Por eso, los precios en la economía de la pasión son mayores. Si aceptas una rebaja, te conviertes en una mercancía y no podrás competir con quienes han industrializado y robotizado todos los procesos.

«Si el precio es lo suficientemente bajo como para que el posible cliente pueda aceptarlo fácilmente, lo más probable es que no esté preparado para hacer el trabajo duro que requiere el compromiso».

Adam Davidson. The Passion Economy

Aunque tengas menos clientes, podrás pasar mucho más tiempo con cada uno de ellos. Y como esperan mucho más de ti, les podrás cobrar más. Eso sí, asegúrate de que tus clientes identifican el valor que creas de manera única y cobra la cantidad correcta por ello.

Si hay una regla que resuma la economía de la pasión es esta: ¡No seas una mercancía!

6. Cuenta tu historia

Los productos que ofrece la passion economy son únicos, no los pueden hacer el resto a mayor escala. La historia que contamos de nosotros también nos ayuda a diferenciarnos de los demás. Es la historia de nuestra pasión por algo. Habrá personas que la amen y otras que la rechacen. Es el termómetro para conocer a tus verdaderos clientes.

7. La tecnología es un apoyo, no el core del negocio

Vivimos en un mundo cada vez más tecnologizado, pero la tecnología nunca puede ser lo que nos distinga del resto. Nos pueden imitar fácilmente y a precios mucho más baratos. Recuerda que esa el la forma de trabajar del siglo XX.

El valor diferencial de la economía de la pasión está en saber escuchar a los clientes, saber en qué están dispuestos a pagar una prima y ofrecerles lo que necesitan. Es decir, en cómo comprendes a tus clientes.

«En lugar de preguntarse cómo hacer las mismas cosas más baratas, comenzó a preguntarse qué quería la gente en realidad. Si lo querían, después de todo, iban a pagar un precio razonablemente más alto por ello».

Adam Davidson. The Passion Economy.

La tecnología es una ayuda para el trabajo principal, resolver los desafíos de los clientes.

10 Ejemplos de profesionales apasionados

Hay algunas personas, que sin saberlo, llevan ya unos años practicando la economía de la pasión. Son esas personas cuyos nombres te vienen a la memoria enseguida cuando hablas de algún servicio. Seguro que conoces a varios. Estos son sólo algunos ejemplos que he conocido en los últimos años.

  • Creatividad: Fernando Santiago es la persona más creativa que conozco. Pone toda su creatividad en contar historias, el famoso storytelling. Se inventa juegos, cajas mágicas que te hacen disfrutar mientras construyes el mejor relato.
Uno de los juegos creados por Fernando Santiago.
  • Gamificación: No conozco a nadie tan apasionado de la gamificación como Pepe Pedraz. Su vida gira alrededor de un tablero de juego. Comparte su conocimiento en el blog A la luz de una bombilla y ha creado una escuela para que profesores y consultores aprendamos a crear juegos.
  • Transformación digital: Vuelvo a citar a Fernando de la Rosa, porque es un referente a la hora de teorizar y explicar la transformación digital. Comenzó en el terreno del marketing para pasar a crear una escuela, Foxize, sobre negocios digitales. Si quieres crear un curso online, su plataforma es la mejor. Un apasionado de lo digital.
  • Alimentación sana: Futurlife21 es la marca de una madre y una hija enamoradas de comer sano. La madre, Elena, cocina como los ángeles, adapta recetas con ingredientes ecológicos. La hija, María, lo comparte en las redes sociales. Tienen dos libros de recetas de las de chuparse los dedos. Además, son nutricionistas, pero lo que las hace únicas es su pasión por hacer que comamos con salud.
  • Agile HR: Yanina Wax y Verónica Aldazosa son mi gran descubrimiento durante el confinamiento. A la primera le apasionan las metodologías ágiles; a la segunda, las personas. Se han unido en Built Agile para transformar los departamentos de recursos humanos hacia el Agile HR. Podían, como la gran mayoría de consultoras en Agilidad, buscar grandes multinacionales para transformas, pero prefieren enfocarse en medianas empresas, donde el impacto es mayor, y de su Valencia natal.
  • Coaching: Carmen Boix fue compañera hace 10 años cuando la PNL se cruzó en mi camino para dar un giro a mi vida. En una de las practicas, me confesó: ¡Quiero ser coach, lo tengo clarísimo! Una década después ha cumplido su sueño de ayudar a las personas a superar los obstáculos que les impiden cumplir sus sueños. Se nota que aquellas formación nos dejó huella, porque ha dejado una profunda huella en nuestra misión vital. Carmen es todo pasión. Te invito a seguirla en alguno de sus directos de Instagram. La economía de la pasión solo se entiende con personas que brillan en todo su esplendor.
  • Marca Personal: Andrés Pérez Ortega es el pionero al introducir la marca personal en España, hace ya más de una década. Desde hace un año, defiende también cómo monitizarla a través de trabajos paralelos.
  • Búsqueda de empleo: Carlos Girona ayuda a los altos ejecutivos a encontrar trabajo. Si el bicho te mandó a la cola del paro, contratarle es la mejor inversión que puedes hacer. Le apasiona descubrir qué es lo que realmente quieres y cómo trabajar de ello. Se sabe todos los trucos.
  • Fotografía de bodas: Un álbum de fotos de boda puede convertirse en una obra de arte si los retratos de los enamorados salen de la cámara de Mónica del Agua. Deja ver lo más bonito de un enlace matrimonial, el alma de la pareja. Ésa es su pasión. Muchas de sus obras han ganado premios. Algunas podrían estar colgadas de un museo.
  • Nómada digital: Bosco Soler es el referente español a la hora de trabajar en remoto, sacarle todo el jugo a Internet y vivir viajando. Creó el coworking virtual Sinoficina.com, que congrega a pioneros de la passion economy hispana. Le apasiona crear productos digitales, sin necesidad de escribir código.

El futuro del trabajo, ahora llamada nueva normalidad, hace una clara división entre quienes se diferencian por precios bajos, en dura competencia con las importaciones asiáticas y los robots, o quienes aportan su talento y su pasión para crear calidad a un público exclusivo. ¿En qué lado quieres estar? ¿Fotocopia o genio? ¿Mascota o rebaño?

«Coge una actividad cualquiera, cualquier arte, cualquier disciplina o cualquier habilidad. Cógela y llévala al límite, llévala más allá de lo que haya ido nunca, exprímela al máximo, entonces la introducirás en el reino de la magia»

Tony Robbins