La «pandemia económica» ha azotado especialmente a todos aquellos que nos ganamos la vida con lo que se dio en llamar hace unos años la gig economy. La traducción en castellano sería economía del bolo (actuación itinirante) o de los conciertos. Igual que hace unos años todos los negocios digitales se tuvieron que adaptar para ser consumidos desde el teléfono móvil, lo próximo es convertirse en virtual. Lo virtual es el nuevo mobile.
La idea de fondo de la gig economy es que los profesionales del conocimiento ya no van a tener un trabajo fijo, o de por vida. Los knowmads van a trabajar por proyectos, igual que las estrellas del rock viven de publicar sus canciones y luego dar grandes giras de conciertos para promocionarlos.
Así que tenían su fuente principal de negocios en dar una conferencia aquí, un taller allá o una consultoría presencial en cualquier empresa. El distanciamiento social, que impide las concentraciones de personas, hace imposible una vuelta a la nueva normalidad para esta economía de los conciertos.
La única solución para todos estos sectores es hacerse virtuales. El ejemplo más claro es el de la formación presencial, que rápidamente ha comenzado a impartirse también online. Hablaré al respecto al final. A continuación hago un listado de nuevas oportunidades de negocio que ofrece lo virtual como nuevo mobile. Algunas se han experimentado, o potenciado, ya durante el confinamiento. También aportó algunas ideas para mejorarlas.
La capacidad de resiliencia, colaborar juntos para servir a la humanidad y muchas dosis de imaginación son los ingredientes fundamentales para la nueva etapa que nos toca vivir. Si el problema es que no podemos reunirnos en un mismo lugar físico, hay alternativas digitales para conseguir el objetivo que nos hubiera congregado en ese lugar.
Los co-working hacen su negocio de alquilar puestos de oficina, o salas de reuniones, a personas que no quieren gastar su dinero en tener un despacho propio, con los gastos que esto acarrea. Concentran principalmente a trabajadores independientes o startups que están naciendo y no quieren hipotecarse con gastos fijos desde el minuto uno.
Pero, como el roce hace el cariño, la convivencia diaria acaba por generar sinergias o colaboraciones entre los pobladores de estos ecosistemas, fomentando que surjan alianzas para nuevos negocios creativos.
Hay un tercer tipo de personajes para los que ofrecían servicios de «co-working virtual». Son aquellas personas que sólo precisan esporádicamente las salas de reuniones para reunirse con un cliente o dar una formación presencial. O los que quieren que la dirección postal de su negocio no sea la de su casa, aunque la mayor parte del trabajo la hacen en su habitación.
La pandemia le ha dado una vuelta a la idea a esto del coworking virtual. Con el confinamiento se ha hecho obligatorio trabajar sí o sí desde el hogar. Pero, el problema es que al estar encerrado en tu cuarto no surgen nuevas posibilidades de colaboración y se paraliza también toda la vida social propia de los coworkings.
Para resolver esto, han comenzado a aparecer los nuevos coworking online. Los hay de varios tipos, según la solución que oferten:
La principal ventaja de los nuevos co-working virtuales es que su comunidad es global, pueden estar en varias ciudades o países. El mercado se hace mucho más grande. Ya no sólo vienen sólo los del barrio. El principal reclamo es crear una verdadera comunidad global. Creo que pronto se comenzarán a ver coworking online especializados en diferentes temáticas. Y, sobre todo, en 3D, con herramientas como Sococo. Hay un gran nicho de mercado para ello. La clave no es el negocio inmobiliario, como en los co-working físico, sino los buenos contenidos y la posibilidad de crear acuerdos win-win.
El open space es una tecnología de reunión que permite crear eventos auto-organizados. Son los participantes los que proponen sobre qué quieren hacer una masterclass o un taller de no más de una hora. Con las propuestas se confecciona una parrilla de contenidos y las personas pueden elegir libremente dónde acudir, según sus intereses. O pueden preferir quedarse por los pasillos y charlar con otros participantes, que también es muy enriquecedor.
La principal ventaja es que se ahorra toda la preparación de convocar a ponentes y pagarles. La metodología permite que esto surja de manera improvisada. Los organizadores se preocupan más del espacio, de proporcionar algún café y de avisar de los tiempos, que de preparar los contenidos. Los open space es la manera en la que se celebran los eventos de la comunidad agile, los consultores o desarrolladores de software que utilizan metodologías ágiles.
El obstáculo con la pandemia es, de nuevo, la imposibilidad de juntar personas físicamente. Pero, ¿por qué no online? Netmind se lanzó el 1 de mayo a celebrar el primer open space virtual en España con muy buenos resultados. Para el tablero donde estaba la oferta de ponencias, se usó una herramienta de libre acceso como Trello, y en cada tarjeta había un enlace a Zoom para poder entrar a la sala virtual. Además, había un enlace para una sala común, que emulaba la cafetería.
El mayor logro fue la posibilidad de entrar o salir de una ponencia según tus intereses, igual que ocurre en presencial. Otro elemento positivo fue la presencia de personas de diferentes ciudades, que le daba una mayor diversidad. Y, sobre todo, demostrar que se puede hacer, aunque haya todavía aspectos a mejorar como la posibilidad de tener contactos de-tu-a-tu con otros participantes.
Aunque ya había ejemplos de 2009, la covid los va a impulsar. Los open space virtuales dan la posibilidad de que este tipo de eventos sean globales, que se puedan seguir desde cualquier parte del mundo. Hay empresas que ya están trabajando en soluciones de software que mejoren la experiencia virtual. Se pueden utilizar otras herramientas, como QipoChat, la empleada por Open Space World.
Creo que, en el futuro, este tipo de eventos serán blended. Habrá personas que pagarán su entrada para asistir físicamente y otras, para seguirlo online. Otro nuevo nicho de mercado. Y, sobre todo, cuando se puedan hacer en 3D, como ya ofrece AltSpaceVR. ¿Y si SecondLife se adelantó a su tiempo?
Los museos también echaron el cierre por la covid. Sin embargo, sus colecciones se pueden seguir visitando en remoto. Muchas pinacotecas españolas y mundiales ofrecen visitas virtuales.
Una posibilidad de futuro viene por las visitas virtuales guiadas por expertos, cuya experiencia mejorará notablemente cuando se generalice la realidad virtual. Desde casa no sólo podremos elegir una visita a cualquier museo del mundo a golpe de clic, sino que también podremos escoger el personaje famoso que queramos que nos los enseñe. A mi, por ejemplo, me gustaría que Lorenzo Caprile me guiara por un recorrido virtual por el Museo del Traje de Madrid. O Indiana Jones enseñándome el Museo Británico de Londres. De nuevo, más posibilidades para los creadores de contenido de interés y calidad.
¿Ligar desde el salón de casa? También es posible. De hecho, lo promueve la empresa Bedazzling, tanto en Madrid como en Barcelona. El modelo de negocio es sencillo, puedes elegir entre una cita online, una cena virtual o una cita a ciegas. Desde casa, tendrás una videoconferencia con la persona que encajas, previo pago.
Con el confinamiento, la vida «sexual» también se digitalizó. Bueno, en realidad, toda la parefernalia del cortejo. Lo otro, cuando se «desvirtualicen» las personas.
Otro de los sectores que se ha contagiado por el virus, y que se va a tener que reinventar, es el de las Ferias y Congresos presenciales. Algunas empresas ya los ofrecen de manera virtual. El software también está disponible. De nuevo, un recorrido virtual en 3D, que simule la experiencia física, será lo recomendable. Algunas aplicaciones como Hopin, ya lo permiten.
Uno de mis empeños fue aprovechar el tiempo de confinamiento para mejorar mi inglés con un nativo, de manera que pudiera virtualizar el intercambio de idiomas, como hace tiempo ya se hacía en presencial. Lancé mi oferta a ese universo digital que son las redes sociales, pero no tuve éxito.
Ahora he descubierto que ya varias empresas que ofrecen estos servicios, como Verbling o HelloTalk. Lo estoy probando. De momento, me he registrado como profesor de español. Para ganar un dinero extra, me resulta más atractivo que repartir comida a domicilio. De fondo, está la llamada uberización de la economía, que también se puede hacer con servicios no presenciales.
En la nueva potencia económica mundial, China, ya es posible. Lo contó Alfons Cornellá en un muy interesante Webinar sobre la estrategia del gigante mandarín.
La nueva Meca de la innovación lo pone fácil a los emprendedores. La forma de cerrar un negocio es mediante una app de mensajería instantánea como Wechat y los pagos también se hacen de manera virtual con Alipay. Por cierto, ambas del dueño de AliExpress, Jack Ma, el nuevo Steve Jobs del siglo XXI.
Los escape rooms son locales en los que, literalmente, se encierra a personas que tienen el reto de salir en un plazo determinado y adivinando las pistas que les ofrecen los creadores. Hay una versión de este tipo de juegos llamados breakouts, que consiste en abrir los candados para encontrar el contenido en el interior de un cofre o una caja.
Los escape rooms son eminentemente lúdicos. No obstante, se han puesto de moda para grandes eventos. Con la pandemia, han surgido una importante oferta para jugarlos desde el salón de casa. Es una atractiva oferta para una tarde de confinamiento.
En este webinar, destinada a profesores, dan muy buenas ideas por si te quieres lanzar a crear uno.
Por último, el sector que más rápido se ha virtualizado es el de la formación online. La opción más simple es grabar un vídeo, u ofrecer un webinar con Zoom, sobre el contenido que se quiera aprender.
Es una réplica de ese modelo prusiano de masterclass, en el que un «experto» evidencia sus amplios conocimientos a una masa de alumnos que escucha o, a lo sumo, toma nota.
Está demostrado que no es la mejor forma de aprendizaje. Para aprender, lo más efectivo es practicar. Solo se aprende a hacer tortillas de patatas haciendo tortillas de patatas, no viendo vídeos de chef de renombre. Para quienes entendemos la enseñanza como una forma de facilitar conocimientos prácticos que se puedan aplicar enseguida, la mejor opción es utilizar elementos de apoyo, como Mural o Miro, para crear contenido colaborativo.
La nueva forma de aprender y enseñar virtual está llegando con la aparición de los primeros LXP, o Learning Experiences Platforms, como EdCast o Adobe Connect.
Lo dicho, ¡lo virtual es el nuevo mobile!