Los falsos mitos de la auto-organización

6 de octubre de 2019 6 mins to read
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Uno de los efectos de la expansión de las metodologías ágiles y del nuevo paradigma en la organización de empresas, el modelo teal, es la repentina popularización de la auto-organización. Lo más cool es auto-organizarse para iniciar y desarrollar cualquier proyecto. Pero, no es auto-organización todo lo que parece. Es hora de hablar de los falsos mitos de la auto-organización.

Hay autores, como Simon Mont, que hablan directamente de los errores de la auto-organización. Estas son algunas de las que proponen Joana Brindenbach y Betinna Rollow en su más que recomendable libro New work needs inner work:

 

1. Todos tienen voz sobre todo

La primera leyenda urbana de la auto-organización es que todos pueden hablar de todo. Se confunde la autoorganización con el consenso.

En los equipos auto-organizados hay una jerarquía de competencias temporales, esto es, el equipo tiene la competencia de averiguar entre ellos, juntos, cuál de sus miembros puede hacer una tarea concreta y darle a esa persona por un tiempo la responsabilidad y el poder necesarios para que la haga. Es la persona que mejor está capacitada en el equipo para hacer esa tarea. Confiamos en ella y no le decimos en cada momento cómo tiene que hacerlo, sino que, al final de un periodo de tiempo, valoramos cómo fueron sus resultados y cómo se podrían mejorar. No se opina en cada momento de todo, ni por todos.

 

2. Es más eficiente que las jerarquías

Este es otro de los falsos mitos de la auto-organización. La auto-organización funciona cuando funciona. Y, para que funcione, es necesaria que las personas que lo componen se comprometan con algunos valores como la honestidad y la transparencia, así como algunos comportamientos como una comunicación clara y abierta. El problema es que, la gran mayoría, no estamos acostumbrados a ello. Más bien al contrario, nos guardamos secretos pensando que nos van a pisar las ideas, por ejemplo. O, decimos lo que el otro hizo mal, sin hablar de cada uno de nosotros mismos. Por lo tanto, se necesita mucho tiempo para engrasar la máquina de la autogestión. Hay que invertir mucho tiempo en hablar entre las personas del equipo y también en aligerarse del peso de la mochila emocional que todos llevamos. A veces, con la ayuda del propio equipo, y otras, con la de un coach externo. También para desarrollar las habilidades que se necesitan para funcionar en auto-organización.

 

3. Las jerarquías son malas

Este es el gran mito. Muchas personas se acercan a formas de auto-organización, como la Sociocracia, pensando que en la auto-organización no hay jefes y o que pueden evitar el liderar a un grupo. En la Sociocracia hay mucha jerarquía. Se hace la distinción entre las decisiones operativas y las que no lo son. En otras palabras, para tareas simples o complicadas, aquellas que requieren de una persona con conocimiento expertos concretos sobre una materia, se confía en un coordinador o líder operativo al que obedecemos. Para tareas sobre la gobernanza del grupo, las decisiones se toman entre todos por consentimiento, esto es, sin que nadie ponga objeciones. La autoorganización es un sistema de jerarquías por competencias, pero sigue habiendo competencias.

 

4. Funciona por sí misma

Este sí que es un gran mito de la auto-organización. La auto-organización hay que regarla para que crezca. Hay que cultivar individualmente las competencias de los participantes en comunicación o empatía.

Es un proceso de mejora continua que empieza por la siembra. La semilla de la autoorganización es saber qué da seguridad a los componentes de un equipo. Sólo entonces sabremos qué necesitamos para que la auto-organización crezca. Si hay salidas o entradas de nuevas personas al equipo, también será necesario adaptarse a esas nuevas sensibilidades.

 

5. Las personas quieren más libertad

Las dos necesidades entre las que están bailando constantemente las personas en el trabajo son la seguridad y la autoexpresión autonóma.

Por un lado, nos gusta la seguridad que dan las reglas fijas y los jefes, pero también que podamos expresar nuestra creatividad de alguna manera. Hay personas que dan más importancia a la seguridad y otras a la autoexpresión. En las estructuras jerárquicas hay mucha seguridad, razón por la que mucha gente no quiere cambiar, pese a reconocer que no les motiva ir a trabajar.

Por otro lado, hay muchos autónomos que se quejan de la incertidumbre laboral pero se negarían a formar parte de la estructura de una organización porque no les garantiza su independencia. En el fondo, cada persona está desarrollando sus propias estrategias para sentirse seguro en la vida, ya sea a través de reglas claras o de expresas nuestros propios talentos.

La auto-organización puede ser una pesadilla para los yonkies de la seguridad. De hecho, un 15-20% de las personas se marchan de las empresas en las que se implantan sistemas de auto-organización. Simplemente, no va con ellos.

 

6. Lo importante es cambiar los procesos

Mucha gente piensa que lo importante es comenzar a trabajar de forma auto-organizada. Empezar como una ducha escocesa. Directamente. Luego, ya se irán solventando los problemas que vayan surgiendo. Eso suele generar mucha frustración, porque las personas no están preparadas, no conocen sus valores compartidos ni la motivación del grupo. De manera que no ven la mejora por ningún lado y están melancólicos por los viejos tiempos en los que había un jefe en los que decía que había que hacer y el resto obedecían. Inconscientemente, tienden a eso. A que el grupo asuma lo que no les gusta hacer.

El problema es que la auto-organización no es sólo un cambio de estructuras. Es un completo cambio de mentalidad que requiere que las personas que la integran hayan madurado psicológicamente. Al desaparecer la seguridad que da un jefe, las personas tienen que encontrar esa seguridad dentro, en su forma de enfrentarse a los retos diarios y asumiendo su propia responsabilidad, sin victimizarse. Lo importante en la auto-organización es ver los patrones propios y los de los otros componentes del grupo, así como la transparencia en la comunicación. La auto-organización está condenada al fracaso si se impone desde arriba y no es una decisión consensuada del grupo.

 

¿Qué más falsos mitos de la auto-organización conoces?

Este es un artículo abierto, una invitación a participar. En los comentarios puedes añadir más mitos de la auto-organización. Aunque en esta web queremos organizarnos cómo lo hacen internamente los pulpos, entendemos que, de partida, no todo el mundo está preparado. Por eso, ofrecemos nuestros servicios para dar recursos, ya sean con coaching o formación, para reinventar a las personas hacia formas de co-creación colectiva.

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