En los últimos años, han surgido dos corrientes de pensamiento para atajar el problema de la desvinculación de las personas con su trabajo. Más del 70% de la población activa no se siente involucrada ni motivada en su puesto de trabajo. La primera corriente es la Felicidad Organizacional (también conocida como Happiness at work). La segunda, son las Organizaciones con propósito, popularizadas por el libro Reinventar las Organizaciones.
Según el consultor Ignacio Fernández, la Felicidad Organizacional (FO) es la capacidad de la organización para coordinar recursos y gestión para hacer una oferta de valor a los trabajadores que balancee la salud financiera de la compañía y el bienestar psico-social de los trabajadores.
La Felicidad Organizacional se basa en la Psicología Positiva, que estudia de una forma científica «el funcionamiento de las personas en el trabajo, con el objetivo de optimizar la calidad de vida en las organizaciones». En otras palabras, cómo desarrollar entornos organizacionales para podernos desarrollarnos plenamente. Lo importante es que son prácticas sostenidas en el tiempo, no algo casual como un taller o una declaración de principios.
La FO quiere superar la idea de que el trabajo es un lugar de sufrimiento y se puede convertir también en un sitio de desarrollo profesional y personal. Se basa en el modelo HERO (Organizaciones Saludables y resilientes) de las profesoras Marisa Salanova y Susana Llorens. El nuevo objetivo de las organizaciones es lograr rentabilidad más bienestar compartido.
Según diversos estudios, la FO produce aumentos en algunos indicadores como el aumento de las productividad, la excelencia profesional, la calidad del servicio, la rentabilidad, la reducción del absentismo, la reducción de la rotación, el aumento del compromiso, el clima laboral y el aumento de la confianza.
La clave de la felicidad organizacional es que sea parte de la estrategia de negocio, creando una cultura de bienestar compartido. Se trata de un indicador de la percepción personal y subjetiva de los trabajadores acerca de su bienestar.
Se centra en 3 aspectos:
Sólo después de practicar durante algún tiempo las prácticas de bienestar y liderazgo, se puede ir hacia la búsqueda de la felicidad organizacional. Plantearla desde el principio puede general unas falsas y elevadas expectativas.
La implantación de políticas de felicidad y la medición de sus resultados ha generado una nueva profesión, el jefe de felicidad, o Chief Happiness Officer. También hay variantes como el Chief Wellbeing Officer.
Las organizaciones con propósito van más allá de la declaración de misión y valores típicas. Las convierten en referente de sus actuaciones. Trabajan para algo más grande que ellos mismos. Trabajan, literalmente, para cambiar el mundo.
Este movimiento surge a raíz de la charla TED de Simon Sinek del círculo de oro: Empezar con el por qué.
El propósito es la respuesta a las siguientes preguntas:
Cada uno de los trabajadores desarrolla el sentimiento de hacer algo importante, algo que marca la diferencia en el mundo, algo con lo que identificarse. Lo hacen tiene sentido para ellos.
El filósofo alemán Dominic Viken, en su libro sobre Filosofía corporativa, describe los 3 incentivos de las personas.
# Por un lado, están los incentivos que suponen una motivación extrínseca. Son los más habituales: si llego el primero, me dan un premio. Cuando logramos algo, recibimos una recompensa, un beneficio.
# El segundo tipo de motivadores son los incentivos intrínsecos. Una persona sale al campo todos los domingos porque le encanta el contacto con la Naturaleza. En este caso, el propósito está en la acción. La recompensa es el paseo por el monte. Es lo que produce placer.
# Viken propone un tercer tipo de incentivo, que es responder a un propósito superior. Es el incentivo de hacer algo importante, algo que marca la diferencia en el mundo y con lo que uno puede identificarse.
Mientras que la Felicidad organizacional se enfoca en la motivación intrínseca (el incentivo placer), las organizaciones con propósito se centran en crear sentido para las personas a través de la participación en algo más grande que ellos. Ambos casos superan la vieja idea del palo y la zanahoria.
Sentirse parte de algo más grande es una de las mayores fuentes de felicidad en nuestras vidas.
Dominic Veken
Ambas corrientes dejan de ver el valor de las cosas materiales como la principal prioridad a conseguir en un trabajo. En un caso, se comparten las motivaciones extrínsecas (sueldo) con las intrínsecas (felicidad) y con otra con las motivaciones de un beneficio superior (cambiar el mundo).